viernes, 28 de febrero de 2025

Pagado con un vaso de leche

Un día, un muchacho muy pobre, vendedor de puerta en puerta para pagarse sus estudios, se encontró sin a penas dinero y con mucho hambre.
Entonces decidió pedir comida en la próxima casa, pero perdió el coraje y sólo pidió un vaso de agua. La joven que le abrió pensó que estaría hambriento y le ofreció un gran vaso de leche.
- Cuanto le debo? preguntó el joven.
- Nada, mi madre nos enseñó que nunca se cobra lo que se hace por bondad.
Cuando el chico volvió a casa se sintió más fuerte y con más fe en Dios y en la humanidad.
Estaba a punto de rendirse pero esa buena acción le animó a seguir con sus estudios.

Años más tarde la joven enfermó gravemente y el médico que la trataba decidió llamar a un especialista en aquel mal. 
Después de una larga lucha con la enfermedad logró salvarle la vida.
Cuando la factura de los honorarios del especialista llegó a manos de la muchacha ella la tomó temblando porque sabía que pasaría la vida pagando la deuda.
Cual sería su sorpresa cuando en una esquina de la factura el doctor especialista había escrito:
Pagado por completo con un vaso de leche.
Firmado; El muchacho hambriento que llamó a tu puerta.


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