Un ciempiés bailaba feliz en medio del campo,
y todos los animales que pasaban por allí quedaban fascinados
con sus movimientos y contorsiones rítmicas,
todos, menos el sapo,
que intentando distraerle y hacerle perder el ritmo,
le preguntó:
- ¿Qué pie mueves antes?
Y reflexionando el ciempiés, dejó de bailar.
¿Qué pasó?
Que la imaginación quedó ahogada por la reflexión de la razón.
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