pasado un tiempo, uno de ellos encontró en uno de sus bolsillos una tea y la logró encender, pero era tan pequeña que seguía habiendo oscuridad.
una idea le vino a la cabeza....
Cortó la tea y le dio un trozo a cada compañero, así con muchas lucecitas la habitación se iluminó y pudieron encontrar la salida.
- Tu luz es tan pequeña, (les dijo) que si no la compartes no te va a servir de nada.
Compartirla no la desvanece sino que la hace crecer.
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