El príncipe quería casarse y para encontrar esposa ordenó a sus subditos que extendieran la noticia por todo el país.
quien aspirase a tal rango debería presentarse en palacio.
Una humilde aldeana se propuso ir.
- No vayas, le aconsejó su madre, no se fijará en ti.
- Sólo iré para admirar al principe de cerca.
Allí se presentaron las mejores damas de la corte, las más guapas, las más ricas.... y ella.
El principe les propuso algo:
A cada una le entregó una semilla para que la cuidaran por espacio de seis meses y después elegiría a la joven que hubiera cuidado mejor de la semilla.
A la humilde aldeana no se le daba muy bien la jardinería, pero cuidó la semilla con todo primor; aún así, llegado el día de volver a palacio, su semilla no había germinado y por consiguiente no tenía nada que ofrecer al príncipe.
- No vayas a palacio, le aconsejó su madre, sólo consegirás que se burlen de ti.
- Solamente iré para volver a admirar al principe de cerca una última vez.
Y allí se presentó la joven, con su maceta vacía.
Todas las otras aparecieron ante el rey con plantas exuberantes y flores a cual más hermosa.
el príncipe fue observándolas una a una y después se retiró a deliberar.
Al poco tiempo regresó con el resultado:
La elegida entre todas era ni más ni menos que la humilde aldeana.
la extrañeza fue común. ¡No podía ser posible!. ¿Qué había sucedidó?.
- Ella, es la mejor,argumentó el príncipe, ha sido la más sincera, la más humilde y la mas valiente. Ella merece ser la reina porque la verdad de la prueba es que las semillas que regalé eran semillas estériles. Todas las demás jóvenes habeis querido ser mi esposa falseando la realidad, y sólo ella ha sido fiel a la verdad prefiriendo sufrir vuestro desprecio y vuestros comentarios, pero por encima de todo ha sido totalmente íntegra.
A la humilde aldeana no se le daba muy bien la jardinería, pero cuidó la semilla con todo primor; aún así, llegado el día de volver a palacio, su semilla no había germinado y por consiguiente no tenía nada que ofrecer al príncipe.
- No vayas a palacio, le aconsejó su madre, sólo consegirás que se burlen de ti.
- Solamente iré para volver a admirar al principe de cerca una última vez.
Y allí se presentó la joven, con su maceta vacía.
Todas las otras aparecieron ante el rey con plantas exuberantes y flores a cual más hermosa.
el príncipe fue observándolas una a una y después se retiró a deliberar.
Al poco tiempo regresó con el resultado:
La elegida entre todas era ni más ni menos que la humilde aldeana.
la extrañeza fue común. ¡No podía ser posible!. ¿Qué había sucedidó?.
- Ella, es la mejor,argumentó el príncipe, ha sido la más sincera, la más humilde y la mas valiente. Ella merece ser la reina porque la verdad de la prueba es que las semillas que regalé eran semillas estériles. Todas las demás jóvenes habeis querido ser mi esposa falseando la realidad, y sólo ella ha sido fiel a la verdad prefiriendo sufrir vuestro desprecio y vuestros comentarios, pero por encima de todo ha sido totalmente íntegra.