martes, 27 de diciembre de 2011

jueves, 22 de diciembre de 2011

Navidad

Si tienes tristeza, alégrate,
La Navidad es Gozo.

Si tienes enemigos, reconcíliate,
La Navidad es Paz.

Si tienes amigos, búscalos,
La Navidad es Encuentro.

Si conoces pobres, ayúdalos,
La Navidad es Don.

Si tienes orgullo, sepúltalo,
La Navidad es Humildad.

Si tienes deudas , págalas,
La Navidad es Justicia.

Si tienes maldad, arrepiéntete,
La navidad es Conversión.

Si tienes tinieblas, avandónalas,
La Navidad es Luz.

Si tienes errores, reflexiona,
La Navidad es Verdad.

Si tienes resentimientos, olvídalos.
La Navidad es Amor.

sábado, 17 de diciembre de 2011

lunes, 12 de diciembre de 2011

La tacita



Como veis soy una linda tacita de porcelana, ubicada en el mejor establecimiento de la gran ciudad, pero no siempre fui así, hubo un tiempo en que yo simplemente era un trozo de arcilla.

Lo pasé muy mal cuando el alfarero que se fijó en mí, me tomó en sus manos, me golpeó y me modeló en un torno, allí di vueltas y más vueltas, yo gritaba que parara, pero el dijo:
-Aguanta un poco, todavía no es tiempo. 
Luego me metió en un horno, nunca sentí tanto calor, grité y quise salir de allí, pero mi alfarero seguía repitiendo:
- Aguanta un poco más, todavía no es tiempo.
Después me sacó para enfriarme un poco y cuando a penas me había refrescado, me introdujo en un baño de agua helada que hizo crepitar todo mi ser, esto fue un gran dolor, como quien sufre una intensa fiebre, pero él sin escucharme, seguía diciendo:
- Aguanta un poco más, todavía no es tiempo.
No habían pasado aún los tormentos, acto seguido me llevó con él para rasparme y lijarme, después la sesión horrible del pulimento y, por si era poco, me aplicó meticulosamente varias capas de pintura. El olor era horrible, sentía que me ahogaba por completo.
- ¡Por favor detente ya!, le gritaba.
Pero el impasible continuaba diciendo:
- Aguanta un poco más, todavía no es tiempo.
Al fin y para colmo me metió en otro horno diferente al primero, ahora mucho más caliente. Pensé que no lograría sobrevivir. 
Di
patadas, lloré, le imploré que me sacara de allí. La única respuesta que obtuve fue:

- Aguanta un poco más, todavía no es tiempo
Cuando ya pensaba que llegaba mi fin, a punto de darme por vencida, mi alfarero me sacó del horno y dejó que me refrescase, luego me tomó muy cariñosamente entre sus manos y me puso frente a un espejo.
¡ No podía creerlo, esa no podía ser yo !, lo que veía era una finísima obra de arte.
Mi alfarero ahora me dijo:
-Sé que has sufrido al modelarte, que te has mareado en el torno, que odiabas el crepitar del agua helada, los raspados, lijados, el ahogo de los gases de la pintura, y el horrible calor de los hornos, pero ahora mírate, si no me hubiera fijado en ti serías un trozo de barro, ahora en cambió eres un producto delicadamente terminado, eres lo que yo tenía en mente cuando te empecé a formar.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Perla 72

EL PODER DE LA MENTE
NO CABE EN EL UNIVERSO

                          



viernes, 2 de diciembre de 2011

La piedra


El distraído tropezó con ella.
El soldado la utilizó como proyectil.
El arquitecto la usó para construir.
El campesino la tomó como asiento.
El niño la disfrutó como juguete.
Drummond la vio como inspiración.
David la agarró para matar a Goliat.
Miguel Ángel sacó de ella 
una bella escultura.

En todos los casos, la diferencia 
no estuvo en la piedra,
sino en el hombre.
No existe piedra en el camino,
que no pueda ser utilizada 
en el propio crecimiento. 

martes, 22 de noviembre de 2011

El Adviento de Paulita

Todos los años, al empezar el Adviento, antes de la Navidad, acontecía algo singular en Paulita, ella decía adiós a sus juguetes preferidos y se transformaba en una niñita obediente y encantadora.
Cuando tenía cinco años, su abuela le enseño que Jesús cuando nació era tan pobre que no tenía una cunita blanda, ni sábanas, ni mantas calentitas.
- ¿No te gustaría ofrecerle tú esas cosas?. Le preguntó.
- ¡Cómo me gustaría!, pero....¿Cómo puedo yo hacer todo eso?.
- Pues escucha: cada acción buena que hagas será una pluma para el colchoncito
y cada oración será el hilo para la sabanita.
Desde entonces decidió juntar muchas plumas para el colchón y fabricar hilos para la sabana. Pero, ¿Qué cosas podía hacer?....
Un día en el recreo, una de sus compañeras, para molestarla le dio un fuerte pelotazo en la espalda y cuando ya estaba a punto de pagarle con la misma moneda escuchó en su interior una vocecita que le decía:
"No le tires la pelota y así tienes una plumita para el niño Jesús".
No le tiró la pelota y así guardó en su corazón la primera pluma.
Otro día, cuando su tío le dio unos caramelos, ya sabía ella que tenía que cambiarlos por otra plumita; en lugar de comérselos, los guardó en el bolsillo del abriguito de su hermana pequeña.
Todo se transformaba en plumas, pronto Paulita había juntado 19 plumas.
"¿Bastarían?", pensó, y como no sabía si 19 eran suficientes cogió el colchón de la cunita de su hermana, sacó 19 plumas., y ....
¡Qué desilusión al ver el pequeñísimo montón!.
"No importa", pensó. En ese momento le dominaba un solo pensamiento:
"Más plumas, necesito más plumas".
¡Cómo se esforzaba!, vivía atenta para no perder la ocasión de hacer el bien.
Durante esas cuatro semanas de Adviento Paulita fue la más amable de las compañeras, , la más obediente de las hijas y muchas cosas más.
¿Y cómo hacía las sabanitas?, pues cada vez que pasaba por una iglesia o veía una imagen de la virgen le rezaba una oración.
Y finalmente llegó la Navidad y la hermosa Nochebuena. Paulita estaba arrodillada cerca del Belén, era una dulce conversación la que mantenía con Jesús:
- Estás recostado sobre paja, le decía, pero aquí en mi corazón, querido Niño hay un cochoncito lleno de plumas para calentarte, y tengo dos sabanitas para cubrirte y una mantita, ven Niño Jesús, ven a mi corazón.
Y el Niño Jesús entró contentísimo en el corazón de Paulita.
Desde entonces, cada año por Adviento ella se esmeraba en prepararse bien.
Y ahora que Paula es mayor y tiene hijos pequeños les recuerda siempre por Adviento que deben preparar bien el Nacimiento de Jesús.



jueves, 17 de noviembre de 2011

sábado, 12 de noviembre de 2011

las palabras

Un día las palabras se enfadaron con los hombres y decidieron hacer una huelga para protestar.Estaban hartas de que nadie las escuchara.
Los hombres tenían la mala costumbre de hablar siempre entre ellos sin escucharse. No les importaba lo que decían los otros, porque sólo querían hablar de ellos mismos, y las palabras cuando son dichas y no escuchadas por nadie, caen en el suelo y se rompen.
Era frecuente ver montones de palabras rotas por todas partes, en las calles en los suelos, flotando en el mar  cayendo de las ventanas.
Cuando llegó la hora de la huelga, todos quedaron mudos de repente, nadie encontraba palabras para comunicarse, no se explicaban lo que estaba pasando.
Se hacían señas unos a otros pero no se entendían porque no estaban acostumbrados a prestarse atención. La cosa era preocupante.
El tiempo fue pasando y no tuvieron más remedio que prestarse atención para poder entenderse por señas, esto hizo que dejaran de hablar de ellos mismos y estuvieran pendientes de lo que los demás querían decir, realmente se alegraban mucho de poder entenderse en sus diálogos, y poco a poco fueron mejorando en el arte de dialogar así.
Llegados a este punto, cuando las palabras vieron que los seres humanos ya eran capaces de atenderse unos a otros, decidieron acabar con la huelga y ponerse otra vez a su servicio.
Los hombres recuperaron su capacidad de hablar y estrenaron su nueva faceta de escuchar, y lo hicieron tan bien que desde aquel momento dejó de haber palabras rotas por el suelo.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

gusano atrevido

El gusanito, una noche tuvo un sueño y a la mañana siguiente se fue camino a la montaña.
El saltamontes le preguntó dónde se dirigía.
- Tuve un sueño, soñé que desde la cima de la montaña miraba todo el valle,
me gustó lo que vi y he decidido realizarlo.
Sorprendido el saltamontes dijo mientras su amigo se alejaba:
- Estas loco, tu, un simple gusano nunca lo lograrás, una piedra será para ti como una montaña, un pequeño charco, un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.
Pero el gusanito no le escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse.
Así mismo una araña quiso persuadirle, también el topo y la rana le animaron a desistir de su sueño, pero en su interior había un impulso que le obligaba a seguir.
Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir decidió parar a descansar y dormir.
- Estaré mejor, fue lo último que dijo, y murió.
Todos los animales por días iban a mirar sus restos. Se había convertido en el animal más loco del valle por querer realizar un sueño imposible para él. Era  la mejor advertencia para los atrevidos.
Pero una mañana, en la que el sol brillaba de una manera especial,  quedaron todos atónitos al ver aquella concha dura empezar a quebrarse, y con asombro vieron salir, poco a poco, una impresionante mariposa con unos colores magníficos.
No hubo nada más que decir. Todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría su gran sueño.
Y así lo hizo,cumplió el sueño por el que había vivido,por el que había muerto y por el que había vuelto a la vida.

viernes, 28 de octubre de 2011

domingo, 23 de octubre de 2011

De todos modos

Hay personas irrazonables, inconsecuentes y egoístas,
ámalas de todos modos.

Cuando hagas el bien

te acusarán de tener oscuras intenciones,
haz el bien de todos modos.

Encontrarás gente malvada,

que sólo se mueve por puros motivos egoístas,
haz el bien de todos modos.

Si tienes éxito

y te ganas amigos falsos y enemigos verdaderos, 
lucha de todos modos.

El bien que hagas hoy

será olvidado mañana,
haz el bien de todos modos.

La sinceridad y la franqueza

te hacen vulnerable. 
sé sincero y franco de todos modos.

Lo que has tardado años en construir

puede ser destruido en una noche,
construye de todos modos.

Alguien que necesita ayuda de verdad

puede enojarse si le ayudas,
ayúdale de todos modos.

Da al mundo lo mejor que tienes

y te golpearán a pesar de ello,
da al mundo lo mejor que tienes de todos modos.


martes, 18 de octubre de 2011

jueves, 13 de octubre de 2011

El billete


Aquella tarde Alfredo estaba desesperado, la semana había sido especialmente difícil y necesitaba desahogar con alguien sus problemas y su tristeza.

Pensó en María, su buena amiga.
La llamó por teléfono para quedar y ella aceptó la invitación.
Se reunieron para tomar un café y Alfredo descargó a su lado su congoja y depresión.
María escuchó todos sus problemas, los del trabajo, el piso, el dinero, la relación con la familia.
Todo parecía estar mal en su vida.
Después de escucharle, María introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de  y le preguntó:
- Alfredo, ¿Quieres este billete?.
Bastante confuso al principio, Alfredo terminó por decir:
- Pues...claro. ¿Quién no los querría?.

Entonces María tomó el billete entre sus manos y lo arrugó hasta convertirlo en una diminuta bolita, y mostrando la estrujada pelotita volvió a preguntarle:
- Y ahora, ¿lo quieres?.
- María, no sé que pretendes con eso, sigue siendo dinero, claro que los tomaré si me los das.
Entonces María desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con su zapato, levantándolo luego, sucio y machacado, le volvió a preguntar:
- ¿Lo sigues queriendo?.
- Mira, María, sigo sin entender qué pretendes, pero ese billete, mientras no lo rompas conserva todo su valor. Claro que lo quiero.
- Entonces, Alfredo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres
aunque la vida te arrugue o te pisotee como yo a este billete, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido. Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.
Alfredo se quedó mirando a María, sin atinar con palabra alguna, mientras el impacto del mensaje se fijaba profundamente en su interior, cambiando su actitud negativa.
- Toma, le dijo María con una sonrisa cómplice, guárdalo para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal, pero recuerda que me debes un billete nuevo, para poder usarlo con otro amigo que lo necesite.
Le dio un beso de despedida  y levantándose se alejó con su paso atractivo hacia la puerta.
Alfredo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó en su billetera y dotado de una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta.

sábado, 8 de octubre de 2011

lunes, 3 de octubre de 2011

El anillo

El joven entró en la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran y el joyero, solícito, le presentó el mejor que tenía en el establecimiento.
La hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol resplandeciente.
El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo.
- ¿Se va usted a casar pronto?, preguntó el joyero.
- No, respondió el muchacho; ni siquiera tengo novia.


La muda sorpresa del joyero divirtió al joven comprador.
- Es para mi madre, prosiguió. Cuando yo iba a nacer ella estuvo sola.
Alguien le aconsejó que me matara, antes de que naciera, así se evitaría problemas, pero ella se negó y me regaló la vida. 
Tuvo muchos problemas, fue padre y madre para mí , fue amiga y hermana y fue mi maestra; me hizo ser lo que soy. 
Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso.... Ella nunca tuvo uno. Yo se lo regalo como promesa ya que ella lo dio todo por mí y ahora yo lo daré todo por ella.
Quizás, prosiguió, o después entregue otro anillo de compromiso, pero será el segundo.
El   joyero quedó realmente emocionado por el relato, y lleno de admiración le entrego la cajita con el anillo, a la vez que ordenaba a la cajera que le hiciera al
joven el descuento especial que se solía hacer a los clientes  importantes.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Diógenes





Diógenes, político a las órdenes del emperador, pasaba por una situación de extrema precariedad.
Cuando se disponía a comer un plato de lentejas en su humilde casa, pasó a saludarle otro político del emperador, y al verle en ese pobre estado le dijo, dándole un consejo:
- ¡Ay, Diógenes!, si atendieras a ser más sumiso y adular un poco más al emperador, no tendrías que comer tantas lentejas.
Diógenes dejó de comer, levantó la vista y mirando al acaudalado interlocutor 
le contestó:
- ¡Ay de ti, hermano!, si aprendieras a comer un poco de lentejas, no tendrías que ser sumiso, ni adular tanto al emperador.

martes, 13 de septiembre de 2011

Vive




SONRÍE
Aunque no todos los amaneceres sean hermosos, aunque se cierren las puertas.
SUEÑA
Porque soñar no cuesta nada y alivia el pensamiento, porque quizá el sueño pueda cumplirse.
LLORA
Porque llorar purifica el alma y el corazón, porque la angustia decrece.
AMA
Porque amar es vivir, porque así quizá reciba amor, porque prefiero amar y sufrir, que sufrir por no haber amado.
COMPARTE
Porque al compartir creces, porque las penas compartidas disminuyen y las alegrías se duplican.
Sonríe. Sueña. Llora. Ama. Comparte: VIVE.

jueves, 8 de septiembre de 2011

sábado, 3 de septiembre de 2011

El árbol triste


Había una vez un hermoso jardín, con manzanas, naranjos, perales, bellos rosales, entre otros, y todos ellos vivían felices y satisfechos. 
Todos menos un árbol que se encontraba profundamente triste porque no sabia quién era.
- Lo que te falta es concentración, le decía el manzano, si lo intentas de verdad tendrás sabrosas manzanas. ¿Ves que fácil es?.
- No le hagas caso, le decía el rosal, es mucho más fácil tener rosas, y además
¿ves qué bellas son?.
Y lo mismo le decía el peral y todos los demás. 
El árbol hacía todo lo que le decían; pero como no conseguía nada, cada día estaba peor.
Un día apareció por el jardín un pajarillo que tenía fama de ser el más sabio de los animales; se fijó en él y, al verlo tan triste, le consoló:
- No te preocupes, que tu problema no es tan grave. Es el mismo problema de tantísimos seres... Yo te voy a dar la solución. Mira, no malgastes tu tiempo intentando ser como los demás, o como ellos quieren que seas.... Sé siempre tú mismo, conócete y, para lograrlo, escucha siempre tu voz interior.
Y dicho esto, el pájaro alzó el vuelo y desapareció.
- ¿Mi voz interior...? ¿Conocerme...?, se preguntaba el pobre árbol, cuando, de repente, como si se le encendiera una luz interior, comprendió...Y cerrando los ojos, abrió su corazón y, por fin, pudo escuchar su voz interior, que le decía:
- Nunca darás manzanas, porque no eres un manzano, nunca vas a dar peras, ni vas a producir bellas rosas, porque no eres ni un peral, ni un rosal. ¿No ves que eres un roble?. Tu destino es crecer grande y majestuoso, dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... y tu madera, tus hojas y tu bellotas tienen también usos muy importantes.... Tienes una misión, cúmplela.      
Y desde ese momento el árbol recuperó la alegría, se sintió fuerte y seguro de sí y se dispuso a ser él mismo, sin envidiar a nadie.             

lunes, 29 de agosto de 2011

Perla 62


QUÉDATE 

DONDE JESÚS 

QUIERE,

PARA HACER

LO QUE EL QUIERA

Y COMO EL QUIERA

miércoles, 24 de agosto de 2011

25 centavos


Hace años, un sacerdote se tuvo que mudar a Houston, en Texas.
Cuando llegó, subió en un autocar para ir al centro de la ciudad.
Después de pagar, y sentarse, descubrió que el conductor le había dado una moneda de veinticinco centavos de más en el cambio.
Mientras decidía cómo hacer, consideraba para sí mismo:
"Lo mejor será olvidarlo, son sólo unos céntimos. Nadie se preocuparía por tan poca cantidad".
"Lo mejor será que lo acepte como un regalo del Cielo".
"Lo mejor será no decir nada y poner estos céntimos en el cepillo de la Iglesia".
Pero cuando llegó a su parada, se detuvo y pensándolo de nuevo, decidió darle 
la moneda al conductor diciéndole:
- Tome, me dio usted veinticinco céntimos de más.
El conductor con una sonrisa, le respondió:
- Sé que es usted el nuevo sacerdote de la parroquia; estaba pensando regresar a la Iglesia, hace mucho que no piso por allí, y quería ver qué haría usted si yo le daba cambio de más.
Se bajó el sacerdote, sacudido por dentro, mientras pensaba con agradecimiento:
- ¡Oh Dios!, por poco te vendo por veinticinco centavos.

viernes, 19 de agosto de 2011

Perla 61


LA PUERTA DEL CORAZÓN
NO TIENE CERRADURA


PORQUE SE ABRE DESDE DENTRO

domingo, 14 de agosto de 2011

Estoy llamando

                                                                               

He llamado a tu puerta,

he llamado a tu corazón,
para tener una buena cama,
para tener un buen fuego.
¿Porqué me rechazas?.
Ábreme, hermano.

¿Por qué me preguntas 

si soy de África, 
si soy de América,
si soy de Asia, 
si soy de Europa?.
Ábreme, hermano.

¿Por qué me preguntas
sobre la longitud de mi nariz,
el grosor de mis labios, 
el color de mi  piel,
y el nombre de mis dioses?.
Ábreme, hermano.

Ábreme tu puerta,
ábreme tu corazón, 
pues soy un hombre.
El hombre de todos los tiempos,
el hombre de todos los cielos,
el hombre que se te parece.

jueves, 4 de agosto de 2011

cuatro esposas

Un rey de Oriente tenía cuatro esposas. A la que más quería era a la cuarta, la
  adornaba con ricas vestiduras  y la complacía con las delicias más finas. Sólo le
               daba lo mejor.
También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos , sin embargo temía que algún día se fuera con otros, pues ella tenía prestigio y hasta poder.
A su segunda esposa también la amaba, era su confidente y siempre se mostraba bondadosa  y paciente con él. Cada vez que el rey tenía un problema, confiaba en ella.
La primera esposa del rey era la compañera más leal  y había hecho grandes contribuciones para mantener tanto la riqueza como el reino del monarca, sin embargo él no la amaba y aunque ella si que le amaba profundamente, a penas si se fijaba en ella.
Un día  el rey enfermó y supo que le quedaba poco tiempo y pensó en su vida de
lujo y de poder.
Ahora tengo cuatro esposas conmigo, se dijo, pero cuando muera, estaré sólo.
Llamó a su cuarta esposa y le dijo:
- Te he amado más que a las demás, te he cuidado con esmero, ahora que me estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme?.
- Ni pensarlo, contestó la cuarta esposa, y se alejó de él sin decir nada más.
La respuesta penetró en su corazón como un cuchillo afilado. El entristecido monarca le preguntó entonces a su tercera esposa:
- Te he amado toda mi vida, ahora que estoy muriendo, ¿estarás dispuesta a seguirme y ser mi compañera?.
- No, contestó, la vida es demasiado buena, cuando mueras pienso volver a casarme.
Su corazón experimentó una fuerte sacudida y se quedó helado.
Preguntó entonces a la segunda: 
- Siempre he venido a ti por ayuda y has estado ahí para ayudarme. Cuando muera, ¿estarás dispuesta a seguirme?.
- Lo siento, no puedo ayudarte esta vez, contestó la segunda esposa, lo más que puedo hacer por ti es darte un buen entierro.
Sus palabras vinieron como un relámpago estruendoso que le devastó.  
Fue entonces que escuchó una voz:
- Iré contigo y te seguiré donde vayas. 
El rey dirigió su mirada en dirección a la voz.... y allí estaba la primera esposa, se la veía muy delgada, sin duda sufría malnutrición.
Profundamente afectado el monarca afirmó:
- Debí haberte atendido mejor  cuando tuve ocasión. 
En realidad todos tenemos cuatro esposas en la vida.
La cuarta esposa es nuestro cuerpo, no importa cuánto esfuerzo necesitamos para hacerlo lucir,
nos dejará cuando llegue la muerte.             
La tercera esposa son nuestras riquezas y posición social, cuando muramos irá a buscar a otros.
La segunda esposa son la familia y amigos, no importa cuánto nos han amado y servido de apoyo, 
lo más que podrán hacer es acompañarnos hasta el sepulcro. 
La primera esposa es nuestra alma, frecuentemente ignorada en la búsqueda de los placeres. Sin embargo ella es la única que nos acompañará donde quiera que vayamos. Cultívala, fortalécela y cuídala ahora. Déjala brillar.

lunes, 25 de julio de 2011

No te detengas

                            

                          
   Cuando no puedas galopar,
            corre.
 Cuando no puedas correr,
                                                        trota.
                               Cuando no puedas trotar,
                                                        anda
  Cuando no puedas andar,
               usa el bastón,
   pero nunca, nunca,

te detengas.

viernes, 15 de julio de 2011

La cinta

Aquel día cumplió años uno de los niños más ricos de aquel pueblo, y, por supuesto, le regalaron muchas cosas:
Una caja de lapiceros de colores, un caballo de madera, ropa, juegos, una pelota, otros muchos juguetes, y tres horas para hacer lo que quisiera.
El niño rico miró todo con indiferencia durante diez minutos, empleó otros diez minutos en hacer rayas en las paredes con las pinturas, otros diez minutos en arrancarle una oreja al caballo y después, aburrido pasó el resto de la tarde.
Al deshacer los paquetes, había tirado por la ventana la cinta azul con la que venía envuelto el caballo.

La cinta era de un color azul fuerte y brillante y fue a dar a los pies de Juan Lanas, un niño pobre, pero muy despierto.

Juan Lanas pensó que aquello era lo mejor que le había pasado en mucho tiempo.
Ideó mil y un juegos con ella y al final decidió ponérsela alrededor del cuerpo como si fuera un general.
Buscó a su perro y a sus amigos, tan pobres como él, y les animó a seguirle como valientes soldados por todo el pueblo. 
Así pasaron la tarde. Y mientras desfilaban divertidos por las calles; el niño rico se aburría en su habitación.