miércoles, 24 de agosto de 2011

25 centavos


Hace años, un sacerdote se tuvo que mudar a Houston, en Texas.
Cuando llegó, subió en un autocar para ir al centro de la ciudad.
Después de pagar, y sentarse, descubrió que el conductor le había dado una moneda de veinticinco centavos de más en el cambio.
Mientras decidía cómo hacer, consideraba para sí mismo:
"Lo mejor será olvidarlo, son sólo unos céntimos. Nadie se preocuparía por tan poca cantidad".
"Lo mejor será que lo acepte como un regalo del Cielo".
"Lo mejor será no decir nada y poner estos céntimos en el cepillo de la Iglesia".
Pero cuando llegó a su parada, se detuvo y pensándolo de nuevo, decidió darle 
la moneda al conductor diciéndole:
- Tome, me dio usted veinticinco céntimos de más.
El conductor con una sonrisa, le respondió:
- Sé que es usted el nuevo sacerdote de la parroquia; estaba pensando regresar a la Iglesia, hace mucho que no piso por allí, y quería ver qué haría usted si yo le daba cambio de más.
Se bajó el sacerdote, sacudido por dentro, mientras pensaba con agradecimiento:
- ¡Oh Dios!, por poco te vendo por veinticinco centavos.

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