viernes, 28 de octubre de 2011

domingo, 23 de octubre de 2011

De todos modos

Hay personas irrazonables, inconsecuentes y egoístas,
ámalas de todos modos.

Cuando hagas el bien

te acusarán de tener oscuras intenciones,
haz el bien de todos modos.

Encontrarás gente malvada,

que sólo se mueve por puros motivos egoístas,
haz el bien de todos modos.

Si tienes éxito

y te ganas amigos falsos y enemigos verdaderos, 
lucha de todos modos.

El bien que hagas hoy

será olvidado mañana,
haz el bien de todos modos.

La sinceridad y la franqueza

te hacen vulnerable. 
sé sincero y franco de todos modos.

Lo que has tardado años en construir

puede ser destruido en una noche,
construye de todos modos.

Alguien que necesita ayuda de verdad

puede enojarse si le ayudas,
ayúdale de todos modos.

Da al mundo lo mejor que tienes

y te golpearán a pesar de ello,
da al mundo lo mejor que tienes de todos modos.


martes, 18 de octubre de 2011

jueves, 13 de octubre de 2011

El billete


Aquella tarde Alfredo estaba desesperado, la semana había sido especialmente difícil y necesitaba desahogar con alguien sus problemas y su tristeza.

Pensó en María, su buena amiga.
La llamó por teléfono para quedar y ella aceptó la invitación.
Se reunieron para tomar un café y Alfredo descargó a su lado su congoja y depresión.
María escuchó todos sus problemas, los del trabajo, el piso, el dinero, la relación con la familia.
Todo parecía estar mal en su vida.
Después de escucharle, María introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de  y le preguntó:
- Alfredo, ¿Quieres este billete?.
Bastante confuso al principio, Alfredo terminó por decir:
- Pues...claro. ¿Quién no los querría?.

Entonces María tomó el billete entre sus manos y lo arrugó hasta convertirlo en una diminuta bolita, y mostrando la estrujada pelotita volvió a preguntarle:
- Y ahora, ¿lo quieres?.
- María, no sé que pretendes con eso, sigue siendo dinero, claro que los tomaré si me los das.
Entonces María desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con su zapato, levantándolo luego, sucio y machacado, le volvió a preguntar:
- ¿Lo sigues queriendo?.
- Mira, María, sigo sin entender qué pretendes, pero ese billete, mientras no lo rompas conserva todo su valor. Claro que lo quiero.
- Entonces, Alfredo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres
aunque la vida te arrugue o te pisotee como yo a este billete, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido. Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.
Alfredo se quedó mirando a María, sin atinar con palabra alguna, mientras el impacto del mensaje se fijaba profundamente en su interior, cambiando su actitud negativa.
- Toma, le dijo María con una sonrisa cómplice, guárdalo para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal, pero recuerda que me debes un billete nuevo, para poder usarlo con otro amigo que lo necesite.
Le dio un beso de despedida  y levantándose se alejó con su paso atractivo hacia la puerta.
Alfredo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó en su billetera y dotado de una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta.

sábado, 8 de octubre de 2011

lunes, 3 de octubre de 2011

El anillo

El joven entró en la joyería y pidió que le mostraran el mejor anillo de compromiso que tuvieran y el joyero, solícito, le presentó el mejor que tenía en el establecimiento.
La hermosa piedra, solitaria, brillaba como un diminuto sol resplandeciente.
El muchacho contempló el anillo y con una sonrisa lo aprobó. Preguntó luego el precio y se dispuso a pagarlo.
- ¿Se va usted a casar pronto?, preguntó el joyero.
- No, respondió el muchacho; ni siquiera tengo novia.


La muda sorpresa del joyero divirtió al joven comprador.
- Es para mi madre, prosiguió. Cuando yo iba a nacer ella estuvo sola.
Alguien le aconsejó que me matara, antes de que naciera, así se evitaría problemas, pero ella se negó y me regaló la vida. 
Tuvo muchos problemas, fue padre y madre para mí , fue amiga y hermana y fue mi maestra; me hizo ser lo que soy. 
Ahora que puedo le compro este anillo de compromiso.... Ella nunca tuvo uno. Yo se lo regalo como promesa ya que ella lo dio todo por mí y ahora yo lo daré todo por ella.
Quizás, prosiguió, o después entregue otro anillo de compromiso, pero será el segundo.
El   joyero quedó realmente emocionado por el relato, y lleno de admiración le entrego la cajita con el anillo, a la vez que ordenaba a la cajera que le hiciera al
joven el descuento especial que se solía hacer a los clientes  importantes.