sábado, 31 de julio de 2010

El crítico



 Se le olvidaron las gafas en casa, y aquel hombre no podía ver con claridad los cuadros de aquella exposición, pero eso no le frenó para manifestar sus fuertes opiniones, como solía hacer de continuo.
Tan pronto entraron en la galería, se despistó de su mujer y se dedicó a criticar agriamente las diferentes las diferentes pinturas que veía.
Al detenerse ante lo que pensaba era un retrato comenzó a criticarlo con aire de superioridad, diciendo:
- El marco de este cuadro es completamente inapropiado, el hombre está vestido de forma muy ordinaria y no hay en el nada de belleza, en realidad, el artista cometió un error imperdonable al seleccionar a un sujeto tan vulgar. Es un falta de respeto hacia los demás.
El hombre siguió su parloteo sin parar, hasta que su esposa logró llegar hasta el, abriéndose paso entre la multitud que lo escuchaba, y lo apartó discretamente para decirle en voz baja:
- Querido, eso que estas mirando no es un cuadro, es un espejo, eres tu.

lunes, 26 de julio de 2010

Perla 21

                       HOY  ES  UN  DÍA
                       PARA  ESTRENAR  CORAZÓN

viernes, 16 de julio de 2010

domingo, 11 de julio de 2010

Las guitarras


Después del cálido verano, los componentes de aquella orquesta decidieron poner a punto los instrumentos, pues no habían vuelto a ser tocados desde la primavera, y las galas de música empezarían en el cercano otoño.

Los maestros guitarristas comprobaron entonces que todas estaban desafinadas y se contrató a un afinador  que pronto se puso manos a la obra.
Sosteniendo bien la primera guitarra, comenzó a tirar de las cuerdas y a tensar
una, y otra, y otra...
- ¡ Uuhii !. ¡ Ohh !. ¡ Aaay !, chilló la primera infortunada.
Las otras oyeron los gemidos, vieron lo que estaba ocurriendo y quedaron aterradas. Una de ellas exclamó:
- Miradle, es un sádico, parece que disfruta haciéndonos sufrir.
Todas temblaban de miedo, pero el afinador ni se dio por enterado y continuó su trabajo implacable.
Entre tanto, en el último rincón, semioculta, detrás de un cojín, estaba Adela,
una de las guitarras más pequeñas, y muerta de miedo rezaba:
- Te lo ruego, Señor, no permitas que me encuentre y sálvame de ese torturador.
Y sucedió que el afinador no la vio.
- ¡ Gracias !. ¡ Gracias Señor !, repetía mientras las demás se retorcían de dolor.
Por la tarde llegaron los músicos, listos para su próxima interpretación.
Después de probar las guitarras, todos coincidieron en que ahora  sus sonidos eran fantásticos y armoniosos.
Por supuesto las guitarras se sintieron muy orgullosas y ya no recordaban las penurias de la mañana.
Un músico descubrió en un rincón a la pequeña Adela, apenas tocó sus cuerdas , todos vieron que debían prescindir de ella, y allí se quedó, sola, comprobando que por no pasar un pequeño tiempo de sufrimiento, ahora era la más desgraciada y la más inútil de las guitarras.

jueves, 1 de julio de 2010

El bizcocho

La abuela estaba muy atareada confeccionando un rico bizcocho, mientras su nieto no hacía otra cosa que quejarse por el mal día que había tenido.
Se quejaba por las exigencias del maestro, por el trato con los compañeros, y luego en casa su padre le había reñido y con su hermana se había enfadado.
Todo parecía irle mal.
Después de escucharle atentamente, la abuela le preguntó si quería la merienda.
- ¡ Pues claro que sí !, contestó el niño.

  
 - Toma, le dijo, aquí tienes un poco de aceite de oliva.
 - No quiero eso, abuela.
 - ¿ Qué te parece, entonces, un par de huevos crudos ?.
 - Aj.... eso tampoco.
 - Pues.... ¿ Prefieres un puñado de harina de trigo, o un poco de levadura ?.
 - ¡ Pero abuela !, ¿ Te has vuelto loca ?. Todo eso sabe horrible.
 A lo que la abuela responde:
 - Sí, todas esas cosas no gustan si se toman por separado y en crudo, pero si las pones todas juntas, en la forma adecuada, las amasas y les das calor, forman un riquísimo bizcocho.
Es lo mismo que te ha pasado hoy a ti, has tenido que afrontar situaciones difíciles, crudas, pero tienes que aprender a canalizarlas. Muchas veces la vida trabaja así, pone las cosas en un orden que desconocemos, para que trabajemos en ellas y a la larga se verá que el conjunto es maravilloso.
Lo que nos toca vivir es por un motivo especial, todo es para bien, todo es bueno y nos hace crecer, igual que este rico bizcocho que ahora nos vamos a merendar.