viernes, 2 de diciembre de 2011

La piedra


El distraído tropezó con ella.
El soldado la utilizó como proyectil.
El arquitecto la usó para construir.
El campesino la tomó como asiento.
El niño la disfrutó como juguete.
Drummond la vio como inspiración.
David la agarró para matar a Goliat.
Miguel Ángel sacó de ella 
una bella escultura.

En todos los casos, la diferencia 
no estuvo en la piedra,
sino en el hombre.
No existe piedra en el camino,
que no pueda ser utilizada 
en el propio crecimiento. 

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