Aquel padre y su hijo decidieron salir hacia el pueblo vecino para hacer unas compras.
Pusieron las alforjas al mulo, el padre subió a sus lomos y salieron a su destino.
Pasaron delante de unos hombres ociosos y al ver la estampa uno de ellos comentó:
- ¡Qué padre más egoísta, Él bien subido al mulo mientras el pobre jovencito tiene que ir andando, pronto se cansará y no podrá continuar.
"tiene razón", pensó el padre. Bajó del mulo e hizo sentar en él a su hijo y continuaron su su camino.
Siguiendo más adelante se cruzaron con unos ancianos sentados en un banco, que al verlos exclamaron:
- ¡Veis cómo está el mundo!, el padre andando y el hijo bien sentadito en el mulo. Pobre padre, tan mayor.
Ante este nuevo comentario el hijo pensó que no estaba bien seguir así,
pidió a su padre que subiera también y los dos encima del mulo prosiguieron el camino.
Así continuaron hasta que pasaron por donde había otros hombres paseando,
al verlos se dijeron unos a otros.
- Pobre mulo, cargando con los dos hombres
- Vergüenza me daría a mí tratar así al animal.
Reflexionando sobre éste último comentario, decidieron bajar los dos del mulo y continuar andando.
ya cerca de su destino notaron cómo dos hombres les miraban con burla riendo por lo bajo:
- ¡Vaya dos tontos!, ellos andando como animales y el mulo tan descansado.
Otras muchas veces tuvieron que viajar padre e hijo junto a su mulo,
Pero aprendieron bien la lección
y no volvieron a hacer caso de los comentarios
de gente desocupada que no sabe hacer otra cosa más
que criticar a los demás.