lunes, 21 de junio de 2010

Buen cocinero


 

El cocinero compró un cordero para preparar la comida, lo cocinó y echó los restos a los perros que ladraban en el patio, estos corrieron a comer y después de terminado, exclamaron:
- ¡ Qué buen cocinero es !, hace unos manjares exquisitos.
Al día siguiente el cocinero estaba pelando patatas y luego echó las mondas a los perros. Ellos después de probarlas se dijeron:
- Este cocinero se ha echado a perder.
Y así se lo comunicaron; a lo que el cocinero repuso:
- No es a vosotros a quien tengo que complacer, sino a mi amo.

miércoles, 16 de junio de 2010

viernes, 11 de junio de 2010

He vivido poco


Hace ya diez años
que recorro el mundo.
 He vivido poco,
 Me he cansado mucho.
Quien vive de prisa, no vive de veras.
Quien no echa raíces, no puede dar frutos.
Ser río que corre, ser nube que pasa, 
sin dejar recuerdo ni rastro ninguno,
es triste, y más triste para quien se siente 
nube en lo alto, río en lo profundo.
Quisiera ser árbol,
mejor que ser ave.
Quisiera se leño,
mejor que ser humo.

domingo, 6 de junio de 2010

Perla 16

LA PRUEBA MÁS CLARA DE SABIDURÍA


ES LA ALEGRÍA CONTINUA

martes, 1 de junio de 2010

El consejero

Aquel consejero del Rey siempre estaba alegre, y por muchas cosas desagradables le que le pasasen nunca dejaba de exclamar
- ¡ Qué bueno !, ¡ qué bueno !, ¡ qué bueno !.

Sucedió que un día andando un día de cacería el Rey se cortó un dedo del pie,

y el consejero, como siempre, exclamó:
- ¡ Qué bueno !, ¡ qué bueno !, ¡ qué bueno !.

El Rey ya no pudo aguantarlo más y lo despidió.- ¡ Qué bueno !, ¡ qué bueno !, ¡ qué bueno !, respondió el consejero.

Tiempo después el Rey, en una de sus cacerías fue capturado por una tribu, para ser sacrificado a sus dioses, pero viendo que le faltaba un dedo del pie, decidieron que no era digno para el sacrificio y lo dejaron en libertad.
Entonces el Rey entendió que todo era bueno, como decía aquel consejero.
" Qué bueno, pensaba, que me falte el dedo, de lo contrario, estaría muerto".

Mandó llamar al consejero para agradecérselo, y después le preguntó:
- ¿ Porqué dijiste, " qué bueno ", también, cuando fuiste despedido ?.
A lo que el consejero respondió:

- Si no me hubiera despedido, yo habría estado con su majestad, y como a vos
os rechazaron, a mi me habrían sacrificado.