Veían que el sabio tenía algo que le hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida, y que por eso se consideraba el hombre más feliz del mundo.
Dichos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero y hasta intentaron robarle para obtener el cofre donde se suponía tenía guardada la felicidad.
Pero todo fue en vano. Cuanto más lo intentaban más infelices eran, pues la envidia no les dejaba vivir.
Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz.
Un día llegó ante el un joven que le suplicó:
- Señor, al igual que tu, también yo quiero ser inmensamente feliz, enséñame, por favor, qué debo hacer para conseguirlo.
El sabio, al ver la sencillez, la humildad y la pureza del joven, le dijo:
- A ti te enseñaré el secreto, presta atención, en realidad tengo dos cofres en los que guardo el secreto para ser feliz, y estos son mi mente y mi corazón, el secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida.
Primer paso:
Autoestima. Debes quererte a ti mismo, y todos los días, al levantarte y al acostarte, debes afirmar: soy capaz, no hay obstáculo que no pueda vencer.
Segundo paso:
Debes poner en practica la autoestima, si piensas que eres capaz, haz lo que te propones, procurando poner metas en tu vida, hasta lograr lo que quieres. Este paso se llama motivación.
Tercer paso:
No debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es. Ellos alcanzaron ya su meta, logra tu las tuyas.
Cuarto paso:
No albergues en tu corazón rencor hacia nadie, ese sentimiento no te dejará ser feliz. Tu perdona y olvida.
Quinto paso:
Levántate siempre con una sonrisa, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno. Piensa en lo afortunado que eres teniendo todo lo que tienes.
Sexto paso:
Ayuda a los demás sin pensar que vas a recibir nada a cambio. Mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades.