martes, 31 de mayo de 2011

Perla 53

LO QUE SE NECESITA CAMBIAR 
NO SON LAS COSAS,


SINO LA MANERA DE MIRARLAS.

jueves, 26 de mayo de 2011

Tres ciegos

Los tres eran sabios y ciegos.
Como no podían ver, se habían acostumbrado a conocer las cosas con sólo tocarlas.
Usaban sus manos para darse cuenta del tamaño, de la calidad y la calidez de cuanto se ponía a su alcance.
Sucedió que un circo llegó al pueblo donde vivían.
Entre las cosas maravillosas que llegaron con el circo  venía un gran elefante, y era tan extraordinario el animal que la gente no hacía más que
hablar de él.
Los tres sabios quisieron también conocer al elefante, se hicieron conducir hasta el lugar donde estaba y pidieron permiso para poder tocarlo y como el animal era muy manso no hubo ningún problema para que lo hicieran.
El primero de los tres estiró sus manos y tocó a la bestia en la cabeza, sintió bajo sus dedos las  enormes orejas y luego los dos tremendos colmillos de marfil que sobresalían de la pequeña boca.
Quedó tan admirado de lo que había conocido que inmediatamente fue a contárselo a los otros dos; les dijo:
- El elefante es como un tronco cubierto a ambos lados como por dos mantas, y del cual salen dos lanzas finas y duras.
Pero resulta que cuando le tocó el turno al segundo sabio ciego sus manos tocaron el animal en la panza. Trató de rodear su cuerpo, pero éste era tan grande que no podía rodearlo ni con los dos brazos abiertos. Luego de mucho palpar decidió también contárselo a los otros dos, y les dijo:
- Este animal es tan grande que parece una montaña y tan blandito y tan suave como la piel de cualquier humano, tiene cuatro gruesas patas y está forrado de cuero con pelo para afuera.
Después fue el tercer sabio y agarró al animal justo por la cola, se colgó de ella y comenzó a balancearse, como hacen lo chicos con una soga y los dos, elefante y  ciego se divirtieron un largo rato.
- Yo se muy bien lo que es un elefante, decía, es una cuerda fuerte y gruesa, que tiene un pincel en la punta y sirve para amacarse y columpiarse.
Los tres hablaban de lo mismo pero lo que decía cada uno parecía imposible de concordar. Los tres estaban seguros de lo que conocían, más lo cierto es que sólo había un elefante.
No se ponían de acuerdo así que decidieron hacerse ayudar llamando a otro sabio que sí había visto al elefante con sus propios ojos y entonces descubrieron 
que conocían del animal solamente la parte que habían tocado, no conocían al elefante entero. Cada uno tenía razón, pero sólo una parte de razón.

sábado, 21 de mayo de 2011

Perla 52

SABIO ES QUIEN QUIERE ASOMAR 
SU CABEZA AL CIELO,



NECIO QUIEN QUIERE METER EL CIELO EN SU CABEZA.

miércoles, 11 de mayo de 2011

viernes, 6 de mayo de 2011

Tarta helada

    
En aquella familia eran tres hermanos.
Al mayor de ellos le invitó un amigo a un trozo de tarta helada de chocolate.
Cuando entró en casa y se disponía a comérsela, recordó cuánto le gustaba el helado de chocolate a su hermano pequeño, le buscó, fue donde el y se la regaló, generosamente lo que el muchacho agradeció en verdad.
Ya iba a zampársela, cuando cayó en la cuenta de que su hermana, la más pequeña, adoraba también las tartas heladas de chocolate.
Después de encontrarla se la ofreció y ella, dándole las gracias, sonrió y la cogió entre sus manos para tomársela enseguida. Cuando ya se disponía a meterle la 
cuchara vio a su madre atareada, como siempre en las tareas de casa y pensó que esa tarta helada bien podía aliviar tanto trabajo, así que llegándose donde su madre se la entregó.
La madre paró un momento sus quehaceres para saborear aquello, en ese momento miró el reloj de la cocina, pronto llegaría su marido, cansado del trabajo, agobiado por el intenso calor de la mañana, y decidió meterlo en el congelador hasta que él llegara.
Cuando apareció el marido en casa, su esposa le presentó la rica tarta helada.
El lo agradeció sinceramente, se sentó en su sillón favorito y con gran satisfacción se la tomó enterita. ¡Qué rica estaba!.
Después del sabroso refrigerio, se levantó de su sillón y bajó a la calle, entró en el supermercado más cercano y compró una gran tarta helada de chocolate
para que todos pudieran disfrutarla en familia, y después de comer....
¡Sorpresa!, papá invitó a todos a tomar una riquísima tarta helada de chocolate.
Y es que cuando se comparte, todos salen ganando.



domingo, 1 de mayo de 2011

Perla 49

AMAR
ES QUERER QUE EL OTRO FLOREZCA,


QUE SIGA LA CORRIENTE NATURAL DE LA VIDA,
ACOMPAÑARLO EN SU CARRERA,
AYUDARLO