sábado, 25 de junio de 2011

Los monjes


Caminaban dos monjes a lo largo del bosque, hasta que llegaron al río, sus aguas bajaban turbulentas, crecidas a causa de unas torrenciales lluvias, y aunque había llegado ya la calma, el puente que antes unía sus orillas estaba roto.
En esa situación, sin atreverse a cruzarle  se encontraba una joven doncella, que se dirigía al pueblo cercano.
El monje más joven la miró y siguiendo su camino se dispuso a cruzar el río.
El segundo monje, más anciano, la miró compasivo, tomó a la joven entre sus brazos, se introdujo en el río y lo atravesó, empezando con pasos vacilantes.
En medio de la travesía, donde las aguas eran más caudalosas, la joven tuvo que rodear con sus brazos al monje por el cuello para no ser arrastrada por la corriente.
Al llegar a la orilla dejó a la joven en el suelo, ella le dedicó una sonrisa de agradecimiento al moje y se alejó presurosa hacia su destino.
Siguieron los dos monjes su camino, y después de un largo silencio, y sin poder contenerse por más tiempo, el monje más joven increpó a su compañero:
- Creo que has hecho muy mal en llevar en brazos a aquella doncella, eso es contrario a nuestras costumbres y a nuestras tradiciones. No debiste hacerlo.
El otro monje serenamente contestó:
- ¿Cómo?,  ¿tú todavía llevas a cuestas a aquella joven?,  yo ya la dejé allí, en la orilla del río.   

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