lunes, 9 de abril de 2012

Ciudad de pozos



Lo llamaban "Ciudad de los pozos" porque allí todo lo que había eran pozos,
unos eran ostentosos y con brocales de mármol, otros más humildes, de ladrillos y madera, otros aun más pobres, o simples agujeros pelados en la tierra.
La comunicación era de brocal a brocal, y las noticias corrían rápidamente
de punta a punta.
Un día llegó a la ciudad una nueva moda que señalaba como  lo más importante el contenido de dentro y no lo superficial.
Así fue como los pozos comenzaron a llenarse de cosas: joyas, monedas, ropa
electrodomésticos, electrónica, libros, pinturas....
Pasaba el tiempo y los pozos se iban llenando a tal punto que ya no podían incorporar nada más.
Alguno pensó en hacer algo para seguir metiendo más cosas en su interior y se les ocurrió ampliar su capacidad ensanchándose para hacer más espacio en su interior.
Un pozo pequeño que vivía un poco alejado los vio y pensó que si seguían así
pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad, por eso
él decidió aumentar su capacidad, no a lo ancho sino a lo profundo, pero pronto se dio cuenta de que todo lo que tenía  dentro le imposibilitaba la tarea de profundizar.
Debía vaciarse de todo contenido.
Al principio tuvo miedo al vacío, pero lo hizo. Se desprendió de todo mientras los demás se apoderaban de lo suyo.
Un día tuvo una sorpresa.... adentro, muy adentro encontró agua y, poco a poco, comenzó a jugar con ella, humedeciendo las paredes primero, y sacando agua afuera, después.
La ciudad sólo había sido regada por la lluvia, que era muy escasa, así que la tierra cerca del pozo pronto se convirtió en vida de flores y árboles.
Todos se preguntaban cómo había conseguido el milagro.
muchos quisieron seguir su ejemplo, pero abandonaron la idea cuando se dieron cuenta de que debían vaciarse.
En la otra punta de la ciudad, otro pozo decidió correr él también el riesgo al vacío y también se llenó de agua y salpicó hacia afuera formando un segundo vergel.
- ¿Qué harás cuando se termine el agua?. Le preguntaban.
- No sé, respondía, pero por ahora, cuanto más agua saco, más agua hay.
Un día, por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían descubierto era la misma, se abría para ellos una nueva vida, un nuevo y secreto punto de encuentro, la comunicación profunda que sólo encuentran los que deciden vaciarse de sí mismo y ahondar hacia lo profundo.

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