viernes, 6 de septiembre de 2013

estrellas frias




Los esposos deben ser solidarios en la marcha de la familia.
Se dice de un eminente astrónomo del renacimiento, que, en su ansia febril de conocimientos de otros mundos y otras estrellas, decidió abandonar a su mujer en un convento junto con sus dos hijos, para acudir a la cátedra de otra lejana ciudad y así triunfar como profesor y desarrollar allí también sus observaciones astronómicas.
Dedicó por entero su vida a estrellas frías y lejanas y decidió olvidarse de las tres estrellas tan cálidas y tan cercanas que tenía en su casa y que un día sin más abandonó.
¿De qué sirve conquistar el mundo entero y otros mundos, si olvidamos a los que viven con nosotros?.

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