jueves, 31 de marzo de 2016

La medida de la cruz

Caminaba el peregrino con su cruz a cuestas por el camino, cuando se le apareció un extraño señor, que le dijo:
- ¿ Qué haces con semejante cruz encima?. ¡No tiene sentido!; al menos, córtale un poco los extremos, así la carga será más ligera.
El hombre, luego de pensarlo, creyó que era una buena idea para evitar tanto esfuerzo, así que limó
los extremos de la cruz y siguió caminando.
A los pocos metros, el personaje se hizo presente de nuevo:
- Pero.....¿Qué te dije, amigo?. ¡No la has achicado casi nada!. ¡Córtale las puntas un poco más!. Estas arrastrando una cruz demasiado pesada, no seas tonto.
Y el peregrino, otra vez, cortó  un poco más los extremos de su cruz, sintiéndose ahora un poco más aliviado. Y continuó su camino.
Ya el tamaño de aquella cruz había disminuido notablemente, pero por tercera vez el individuo se le volvió a presentar:
- ¡No nos va mal ahora!, ¡pero podías ir mejor si cortas un poco más los palos!.
El peregrino volvió a dejarse convencer, y cuando hubo terminado los cortes, arriba y abajo, a un lado y a otro; la cruz era tan manejable que podía
llevarla con una sola mano.
Según caminaba, el hombre divisó a lo lejos una radiante luz blanca, Dios salió muy contento a su encuentro y con gran alegría le recibió:
- ¡Bienvenido, hijo mío, bienvenido al Paraíso.
El hombre un poco inquieto le preguntó:
- Pero Dios, ¿dónde está la puerta, que no la veo?.
Y el Señor apuntando con su dedo índice hacia arriba, señaló una puerta en lo alto y le dijo:
- Es aquella que está allí, en las alturas, ¿la ves?, y para entrar sólo tienes que abrirla.
Evidentemente abrirla no era el inconveniente, pero sí lo era el alcanzarla.
- Para ello tienes la cruz, debes apoyarla sobre la pared y subir. Esa cruz que has llevado toda tu vida tiene la medida exacta para llegar a la puerta del Cielo, de otra manera es imposible.
- Pero Señor.... mi cruz ya no tiene ese tamaño....durante todo mi camino alguien trato de convencerme de que yo mismo hiciera mi carga más ligera....
y me dejé aconsejar.


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