jueves, 22 de abril de 2010

Tres árboles


                           Había una vez tres árboles en una colina del bosque. 

                                            Hablaban acerca de sus   sueños.
El primero dijo: 
-Mi sueño es ser un cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata, piedras preciosas
y me decorarán con labrados finos. Todos verán mi hermosura.
                                                 El segundo árbol expresó:
-Yo Algún día seré una poderosa embarcación. Llevaré a los más grandes reyes a través de los océanos, iré a todo el mundo, y se sentirán seguros por mi fortaleza. 
                                           Finalmente el tercer árbol señaló:
-Yo quiero ser el más alto y grande de todos los árboles, la gente me verá en la cima de la colina y pensarán en el Dios de los cielos. Siempre me recordarán.

Después de unos años, un grupo de leñadores vino donde ellos, los cortaron y los llevaron al carpintero.
Cuando el primer árbol llegó a la carpintería, fue convertido en un cajón de comida para animales y fue llevado a un establo y llenado de paja.  
Se sintió muy mal, pues su deseo de contener tesoros se había desvanecido.
El segundo árbol fue transformado en una pequeña balsa de pesca y fue puesto
en un lago; y vio cómo su sueño de ser una gran embarcación había llegado al 
final.
El tercer árbol  fue cortado en largas y pesadas tablas y dejado en la oscuridad
de una bodega.
Años más tarde los árboles habían olvidado ya sus sueños.
Entonces, un hombre y una mujer llegaron al establo, ella dio a luz un niño y lo colocó en la paja que había dentro del pesebre en que fue transformado el 
primer árbol y él supo que ese bebe era el mayor tesoro que podía guardar.
Y se sintió el árbol más feliz del mundo.

Años más tarde un grupo de hombres entraron en la balsa en la cual se había convertido el segundo árbol, uno de ellos se durmió allí. Una gran tormenta se desató y los demás le despertaron, El se levantó, dio una orden al viento y a las olas y todo se calmó. 

En ese momento el segundo árbol se dio cuenta de que había llevado en su interior al Rey de reyes y Señor de señores, como lo que un día soñó.
Y se sintió el árbol más feliz del mundo.
Finalmente, un tiempo después, alguien vino y tomó el tercer árbol convertido en tablas, fue cargado por las calles, al mismo tiempo que la gente insultaba y golpeaba al hombre que lo portaba.
En una pequeña colina el hombre fue clavado en las tablas del antiguo árbol que se levantaba en la cima.
El tercer árbol comprendió que ahora se cumplía su viejo sueño de ser el más alto y grande de todos los tiempos y que siempre se le recordaría por estar tan cerca de Dios como nadie lo estuvo, y porque su Hijo fue crucificado en él.

lunes, 12 de abril de 2010

La mula

Cierto campesino tenía una mula ya vieja y, en un descuido, la pobre, cayó en un pozo.
El campesino oyó los gemidos del animal y corrió para ver qué ocurría.
Le dio pena ver a su fiel servidor en esa condición, pero después de analizar la situación creyó que no había manera de salvarla, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.
Llamó a sus vecinos, les contó lo que pasaba y les pidió que le ayudaran a echar arena en el pozo para enterrarla y que no sufriera más, y así empezaron a hacerlo.
La mula al ver que le venía la tierra encima supo lo que intentaban, pronto llegaría su fin.
Pero no quería resignarse al fatal destino.                       
¿Qué podía hacer?.
A medida que paleaban tierra sobre sus hombros, una idea le vino a la mente:
A la mula se le ocurrió que cada vez que un palazo de tierra cayera sobre ella, debería sacudirse e ir así subiendo.
Y eso fue lo que hizo.
" Sacúdete y sube", se decía, "sacúdete y sube" ,se repetía, para alentarse a sí misma.
No importaba cuan doloroso fuera sentir la tierra y las piedras sobre sus lomos, o lo tormentoso de la situación.
A sus pies se fue elevando el nivel del suelo.
Los hombres enseguida captaron la estrategia de la mula y ello les animó a seguir paleando, pero ya sin ejercer fuerza innecesaria que la pudiera lastimar.
Y poco a poco, cansada y abatida, pudo llegar hasta la salida.
La tierra que parecía la iba a enterrar, se convirtió en su bendición. Todo por la manera en que ella enfrentó la adversidad.

miércoles, 7 de abril de 2010

jueves, 1 de abril de 2010

El ojo malito

  
 Dijo el ojo un día:
 - Veo más allá de estos valles una preciosa montaña elevada, y por encima unas bonitas nubes azules. ¿ verdad que es hermoso?.


El oído se puso a escuchar, y después de haber escuchado atentamente  durante un tiempo, dijo:
- ¿ Pero dónde está esa montaña?, no la oigo.
Entonces habló la mano y dijo:
-  En vano trato de palparla o tocarla; no encuentro montaña alguna.
La nariz dijo:
- No hay ninguna montaña. No puedo olerla.
Entonces el ojo se volvió hacia otro lado, y los demás comenzaron a discutir la extraña alucinación del ojo.
Y decían entre ellos:
- Este ojo está fatal, a este ojo le debe pasar algo.