Era un cantero insatisfecho con su vida,
se dedicaba todo el día a picar piedra.
Por aquel lugar pasó un hombre rico,
el cantero, al verle, deseo ser rico,
y se le concedió ser rico.
Pasó por sus terrenos el Rey en su carroza,
el cantero, entonces, deseo ser Rey,
pero la carroza no era tan cómoda como creía.
Era un día muy soleado
y mirando al sol deseó ser sol,
y se le concedió ser sol,
pero una nube le impidió el paso,
deseó por tanto ser nube,
y se le concedió ser nube,
pero la nube se convirtió en gotas de lluvia
y una gran roca le prohibió el paso al agua,
por ello deseó ser piedra,
y se le concedió ser piedra.
Allí donde estaba asentada vio a un hombre
que destrozaba la piedra con su pico de cantero,
y deseó ser cantero, como siempre lo había sido,
y se le concedió ser cantero,
y el cantero desde entonces pasó su vida picando y cantando.
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